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Santiago de Chile, lunes 07 de octubre de 2024

El Mercurio: «Ponen fin a fábricas de guetos», por Oriana Olivos Marín

Política urbana:

Ponen fin a fábricas de guetos

La nueva política habitacional y la recuperación de 200 barrios prometen terminar con este problema. Expertos hablan sobre el tema y exigen cambios significativos.

Oriana Olivos Marín.

El programa del gobierno de recuperar 200 barrios deteriorados en Chile está dando claros indicadores de que los grandes conjuntos habitacionales de vivienda social se han ido convirtiendo en guetos. No es casual que se hable de cirugía mayor, sobre todo en poblaciones como El Volcán, donde incluso se piensa demoler edificios.

Dicen los expertos que un porcentaje importante de estas villas se han transformado en tierra de nadie, en manos del microtráfico de las barras bravas y de la desesperanza. «Lo peor de todo es el estigma, heredado por generaciones. Y pareciera que quienes residen en estas gigantescas manchas urbanas, que inspiraron la película del Rumpy, sienten que los fueron a tirar adonde el diablo perdió el poncho». Por eso, esta medida ha sido bien recibida. Claro que hay ciertas aprensiones de cómo se materializará este inmenso desafío al cual se le destinarán grandes recursos.

Patricia Poblete, ministra de Vivienda y Urbanismo, asegura que este programa, además de ser inédito en Chile, consiste en cambiar radicalmente la estrategia de cómo se ha concebido la vivienda social en nuestro país. «El eje consiste en recuperar estas grandes poblaciones construidas a partir de los años 80, y otras más antiguas, en barrios que puedan ser realmente manejables y habitables, y que los que allí residen se sientan que han dado un salto desde la sensación de pobreza casi absoluta y marginalidad, al progreso que tanto se publicita en los medios de comunicación».


No en cuatro paredes


La tarea no es fácil. Según la ministra, además de fijar una nueva metodología de trabajo, que consiste en que sean los propios vecinos los que digan lo que necesitan para mejorar su barrio, se deberán solucionar problemas mayores que van desde el desempleo y la deserción escolar, hasta la droga. «De allí la importancia de que especialistas de diversas disciplinas se integren transversalmente al programa».

Comenta el sociólogo Francisco Sabatini, de Estudios Urbanos de la Universidad Católica de Chile, que si no se conforma un equipo multidisciplinario, existe el peligro de malgastar los recursos. También se corre el riesgo de intervenir sólo el aspecto físico sin considerar otras variables. Si bien el experto expresa su apoyo a esta iniciativa, plantea que salir de la condición de gueto es muy complejo.

En los suburbios parisinos, en Quatre Mille, (conjuntos de viviendas sociales) se llevó un plan de recuperación que la gente no sentía significativo, sino sólo cosmético. Un poblador cuenta lo siguiente: «renovarlo (el barrio) es participar en la vergüenza. Hemos llegado a un punto sin retorno en el que no hay otra solución que arrasar con todo. Cuando uno no se siente adentro, cuando uno no se siente bien afuera, cuando no consigue trabajo y nada funciona, entonces empieza a romper las cosas…» (Fragmento del libro «Parias urbanos» de Loïc Wacquant).

Afirma Patricia Poblete que eso no sucederá. «Aunque nada se puede garantizar absolutamente. Estamos apoyándonos en otras experiencias internacionales que han dado resultado porque lo han hecho con acciones significativas para los vecinos». Al respecto, Francisco Sabatini habla sobre un caso positivo en los cerros de Medellín, México.

«Allí, construyeron un teleférico a partir del metro que pasa por el plan, lo que valorizó significativamente los barrios adyacentes a esta intervención y abrió las puertas a que nuevos proyectos de servicios e inmobiliarios se instalaran en los bordes de estas poblaciones. Creo que no es una medida disparatada para Chile. Por ejemplo, si a la nueva Línea 4 del Metro, que va a Puente Alto, se le hiciera una extensión hacia los barrios en riesgo social que están más alejados, la gente sentiría que se ha realizado algo significativo y simbólico y, tal vez, la sensación de desesperanza desaparecería, detonando cosas positivas en todos los aspectos».

Reciclar de verdad

Esteban González, de Arquitectura de Negocios (AGS), también celebra la iniciativa del gobierno de recuperar los 200 barrios más vulnerables del país. «Pero yo sería más drástico con aquellas poblaciones, como El Volcán, que no tienen ninguna posibilidad de mejorar debido a que su diseño urbano fue una gran aberración. No se puede seguir perdiendo plata. Hay que hacer cirugía mayor. Tal vez el gobierno debiera comprar todas esas viviendas, recuperar el suelo y crear un modelo de negocios que permitiese a los inmobiliarios construir barrios con el estándar que la gente necesita. En El Volcán, los angostos pasajes, el emplazamiento de los edificios y la mala construcción, más los problemas sociales, no admiten una solución parche».


«Creo que la gente que allí habita también puede ser reubicada en otros barrios. Hoy estamos viviendo otro escenario económico, mucho mejor que hace 15 años cuando se construyeron este tipo de viviendas, que ya nada tienen que ver con la nueva situación y las aspiraciones de los grupos más pobres».


El especialista aún va más lejos. «Yo recuperaría aquellos barrios que están en las comunas aledañas a la de Santiago. Por ejemplo, de Estación Central y de San Joaquín, que cuentan con mucha infraestructura y equipamiento, además están cerca del Metro y del centro, todos atributos que valora la gente. Tampoco es utópico pensar en recuperar paños urbanos al interior de la ciudad, especialmente industriales que están abandonados, con el fin de generar vivienda social con un estándar superior».


Esteban González es partidario de llevar adelante una política de incentivo a los privados para que se instalen en los paños colindantes de las viviendas sociales.

«Un caso emblemático es un conjunto de vivienda social de Ñuñoa, en Emilia Téllez. Estaba muy deteriorado, pero cuando se comenzaron a construir nuevos proyectos en densidad y de buen estándar, la situación de gueto del conjunto habitacional se ha ido perdiendo».

Para evitar la guetización, la Villa Portales, en Estación Central y emblema de los ’60, también será recuperada. Explica Alfredo Rodríguez, de Corporación Sur, que este complejo y El Volcán constituyen casos representativos del problema del deterioro de los barrios de Santiago. El primero comenzó siendo un conjunto de viviendas con gran calidad de diseño arquitectónico y urbano. Incluso apareció en revistas francesas. Mientras que El Volcán, mucho más nuevo, no tiene ningún valor arquitectónico. Esto refleja que el deterioro de los barrios no sólo pasa por un problema de localización o de diseño, sino que también por el empobrecimiento de las familias, entre otros factores.


El arquitecto agrega que, en Santiago, desde 1980 a la fecha, se construyeron cerca de 220 mil viviendas. «Y la mitad presenta serios problemas de deterioro. Uno de los síntomas más relevantes es que la mayoría de las familias se quiere ir de ahí. Hay muchos departamentos abandonados y eso es una señal de que la gente perdió la esperanza de que su vida vaya mejorar en esos lugares».


Para Alfredo Rodríguez, lo que ha planteado el gobierno va mucho más allá de lo esperado. «Es hacerse cargo del patrimonio. En este sentido, yo percibo que lo que el Ministerio de Vivienda está proponiendo no es un programa de sólo 200 barrios, sino más bien de una nueva línea que apunta a mejorar los estándares y diseño de los nuevos conjuntos habitacionales y mejorar el stock construido».


Patricia Poblete coincide con esta visión. «Se trata de un cambio radical. No queremos que los próximos gobiernos tengan que deshacer lo que nosotros hicimos mal ahora en vivienda. Del mismo modo como nosotros estamos recuperando barrios porque antes no se pensó en ellos».

Los siete primeros

La ministra Patricia Poblete afirma que la recuperación se hará con los vecinos. «Incluso, una de las fases del programa es la firma de un contrato barrial, que contemple la ejecución de obras y el desarrollo de capacidades sociales en el barrio».

Los primeros barrios que ya están definidos en el plan de recuperación son Rodelillo y Placilla, Valparaíso; Pedro de Valdivia Bajo y Boca Sur, Concepción, y Villa Portales, El Volcán y la Población Santa Adriana, en Santiago.


Fuente: Diario  El Mercurio



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