“Avanzar en una concepción que reconozca los derechos de las mujeres a una vida sin violencia y sin temor, es el primer paso para cambiar esta realidad. “A no naturalizar la diversas violencias físicas, simbólicas, sociales y culturales que están presentes en nuestra vida cotidiana y no se visibilizan.
“Son necesarias estrategias, que permitan a las mujeres transitar y disfrutar en el espacio público. No solo en lugares con luz y condiciones físico espaciales adecuadas… sino también implementar una gestión de la ciudad, del espacio local que garantice acceso a la movilidad, a los servicios y que promueva una mayor autonomía y favorezca una mejor convivencia urbana y participación social y comunitaria”.