
El pasado 25 de septiembre comenzó el proceso de diálogo sobre cuidados y territorios, con actorías sociales, mujeres cuidadoras e instituciones para evaluar los avances del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados desde una perspectiva territorial y feminista.
Esta primera instancia se llevó a cabo, en las dependencias de Corporación SUR Estudios Sociales y Educación, en el marco del proyecto “Fortalecimiento del liderazgo y la participación de mujeres para avanzar hacia ciudades feministas y territorios que cuidan”. Este proyecto es impulsado por la Red Mujer y Hábitat de América Latina y el Caribe, con el liderazgo de Fundación Guatemala y el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En Chile, la iniciativa es liderada por Corporación SUR y desarrollada en colaboración con Fundación Vértice Urbano, para la realización de las mesas multiactorales e iniciativas de difusión .
En esta convocatoria, concurrieron más de 20 mujeres, se desarrolló en dos mesas de discusión facilitadas por las sociólogas Francisca Magnani y Francisca Mieres, de Fundación Vértice Urbano, cada una conformada por mujeres cuidadoras, dirigentas sociales, organizaciones comunitarias y funcionarias municipales de las comunas de Cerro Navia, San Joaquín y Lo Espejo, además de representantes de otras comunas de la Región Metropolitana. La actividad se extendió por 2 horas, se orientó diagnosticar la situación de los cuidados a escala comunal a través del intercambio de experiencias, identificación de desafíos y visibilización de avances en materia de cuidados desde una perspectiva territorial y feminista.
Durante la conversación las participantes destacaron las múltiples brechas y dificultades que enfrentan las cuidadoras en sus comunas, tomando relevancia la persistencia de la carga histórica del cuidado sobre las mujeres, la falta de reconocimiento económico y social de esta labor y la falta de reconocimiento institucional que prevalece en muchos servicios públicos y privados.
“El cuidado siempre ha sido invisibilizado; desde niñas nos enseñan que nuestra vida se basa en cuidar del otro. No es una elección, es una imposición del sistema patriarcal”, expresó una participante de Lo Espejo
Las asistentes compartieron relatos sobre el desgaste físico y emocional que les generan las tareas asociadas al cuidado, la inestabilidad económica, la soledad y la falta de apoyo estatal y comunitario, así como la violencia institucional que muchas experimentan al buscar atención o apoyo.
También se reconocieron importantes avances en políticas públicas alcanzados en los últimos años, como la creación de credenciales de cuidadoras, programas de “respiro” y planes de atención domiciliaria asociados al Sistema Chile Cuida y que se han aplicado a nivel municipal, los que permiten dar espacios de descanso y reconocimiento a las mujeres cuidadoras. También se valoró la apertura de los Centros Comunitarios de Cuidado (impulsados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo junto con el Ministerio de Desarrollo Social y Familia), la articulación con universidades y el trabajo de oficinas municipales de mujer e inclusión que han impulsado iniciativas concretas para acompañar y visibilizar el cuidado.
Entre los desafíos identificados en la escala comunal, se encuentra la necesidad de transversalizar la perspectiva del cuidado en la gestión municipal, de manera que incorpore este enfoque en áreas como salud, cultura, deporte, educación y urbanismo, y no solo en las oficinas especializadas. Las participantes insistieron en la importancia de humanizar el trato institucional, fortalecer la educación y sensibilización social sobre el cuidado, y avanzar hacia una corresponsabilidad real entre el Estado, las comunidades y las familias.
“Humanizar el trato, empatizar y reconocer que en algún momento todas y todos necesitaremos cuidado; eso cambia la forma de mirar nuestras ciudades”, señaló una funcionaria de San Joaquín
Las mujeres participantes también resaltaron el rol fundamental de las organizaciones de cuidadoras y redes comunitarias, que desde la autogestión y la cooperación han impulsado transformaciones locales y acompañamiento mutuo, describiendo su labor como un verdadero acto de rebeldía. Desde su experiencia, propusieron fortalecer el trabajo conjunto con los gobiernos locales, crear mecanismos de participación más directos y garantizar que las voces de las cuidadoras sean consideradas en el diseño e implementación de políticas públicas.
Esta Mesa Multiactor es la primera fase de un proceso que continuará con instancias en escala regionales y nacionales, orientadas a recoger aprendizajes y propuestas para avanzar hacia ciudades feministas y territorios que cuidan, donde el cuidado sea entendido como un derecho y una responsabilidad colectiva.




